Si le preguntas a Josep Garcés, el fundador de la empresa de software musical LiveLoop,
si es más ingeniero o músico, este multiinstrumentista español te dirá que es ambas cosas y más.
«Soy un artista del Renacimiento», afirma. «Podemos ser ingenieros, artistas, músicos, médicos y pintores, todo a la vez». En este sentido, Josep es algo así como un Leonardo Da Vinci moderno. Imagínense si Da Vinci tuviera rastas multicolores y un proyecto de blockchain en marcha en Dubai.
Josep es originario de Valencia y actualmente vive en un pequeño pueblo en las montañas españolas. Pero en general es del mundo, una especie de ciudadano global. Ha vivido en todas partes, en Rumania, Dinamarca, el Reino Unido y los Países Bajos. Su empresa LiveLoop es una entidad estonia y él es e-resident, lo que significa que después de mucho escrutinio por parte de las autoridades estonias, recibió permiso para abrir y operar una empresa en el país del norte de Europa, como si él también fuera estonio, aprovechando su rico ecosistema de servicios en línea. Por lo tanto, puede administrar LiveLoop desde cualquier parte del mundo. Un dato adicional divertido es que Josep nunca ha puesto un pie en Estonia.
Tiene previsto visitarlo pronto
Así que este artista renacentista ha roto las barreras de la geografía y existe como una entidad digital. Pero esto es normal para Josep, porque siempre ha estado interesado en romper barreras. Estudió ingeniería en universidades de Rumanía y España, y es ingeniero mecánico. Como ingeniero mecánico, ha trabajado en varias empresas, como Future Vibrations, con sede en Róterdam, que se centra en la fabricación de productos 3D personalizados. En Future Vibrations, Josep ha sido responsable de todo el proceso creativo, desde el desarrollo de una idea hasta el dibujo 3D, la fabricación, el marketing y la distribución del producto resultante.
Aunque tuvo éxito como ingeniero mecánico, Josep también necesitaba expresar su lado emocional. Encontró refugio en la música y realizó un máster en electrónica en directo en el Conservatorio de Ámsterdam, del que se graduó en 2018. Fue allí donde creó una plataforma llamada LiveLoop, que permite a los músicos combinar la electrónica en directo con instrumentos acústicos, sintetizadores y software musical.
Josep creó LiveLoop porque estaba frustrado por las limitaciones de las plataformas de loops disponibles. «Las herramientas existentes no eran lo suficientemente buenas para las actuaciones en directo», dice Josep. «Tengo ideas musicales avanzadas, y era imposible hacerlas con el software existente», dice. Quería crear polirritmos, por ejemplo, o añadir efectos a cada loop de sonido. «No existía nada, así que creé este software».
También creó una empresa para comercializar la plataforma, pero cuando llegó la pandemia de COVID-19, Josep se trasladó a España y se encontró buscando formas de dirigir una empresa no española. Al igual que otros empresarios españoles, la burocracia española le resultó engorrosa. Josep estaba en una cita en Valencia cuando la mujer que estaba sentada al otro lado de la mesa le habló de la residencia electrónica de Estonia.
«Estábamos cenando y me lo contó», recuerda Josep. Solicitó y recibió su tarjeta de residencia electrónica, y creó su empresa LiveLoop como entidad estonia en junio de 2022.
"Siempre que hago algún trabajo o trabajo de consultoría, dondequiera que trabaje ahora en Europa, utilizo mi empresa estonia", dice.
Se ve a sí mismo como un embajador de la plataforma, que la muestra en sus actuaciones, pero también cree que LiveLoop se enseñará en el futuro. «Todas las escuelas de música lo tendrán algún día», dice. «Mi técnica de looping en vivo se enseñará en las escuelas y revolucionará el mundo de la música».
LiveLoop es solo uno de los proyectos de Josep. También es el director ejecutivo de una empresa llamada MusicMoon,que ofrece una plataforma basada en blockchain que descentraliza la creación, distribución y monetización de la música a través de tokens no fungibles o NFT. Josep sigue trabajando como ingeniero mecánico. Desde octubre es también secretario del Barcelona Music Tech Hub.
En todos estos puestos, utiliza sus habilidades de ingeniería, señala. Del mismo modo que los proyectos de ingeniería se llevan a cabo por etapas y se ensamblan, la música se compone por piezas y se junta para formar un todo. «Hago loops, los ensamblo para que suenen bien», dice Josep. «Así que el proceso de pensamiento es muy similar, son tareas diferentes». Añade que, aunque los procesos son similares, la ingeniería requiere una mente lógica, mientras que la música requiere una mente sensible y emocional.
Sin embargo, como artista renacentista moderno, Josep no tiene problemas para cambiar de mentalidad. «Soy todo», dice.
